sábado, 3 de julio de 2010

Reflexión.

Y ahora es cuando me pregunto:
¿De qué sirve tener buen corazón si lo aplastan como quieren?
¿De qué me sirve tener buena voluntad si conmigo no se tiene?

Supongo…que eso es lo que piensa mucha gente dañada por alguien o por una situación.

Y esa puede ser la razón, por la que mucha gente se vuelve fría y sin ganas por involucrase con una causa. Gente que no le importa dañar a personas, justificándose con el único hecho de que ellos también lo han sufrido. Y yo no lo puedo entender.
Llámame ilusa, ingenua…lo que quieras. Pero yo no me pienso volver así…vale si, quizás me vuelva más desconfiada, porque obviamente no quiero que se me aplaste…pero me niego a ser así. Porque por mucho daño que me puedan hacer, yo no se lo deseo a nadie. Y si, seguramente haya dañado ya…o lo haré, pero solamente si no hay otra salida. Y es que no entiendo como alguien, con un mínimo de sensibilidad, puede jugar con los sentimientos de los demás. No me entra en la cabeza…pero, por desgracia, hay DEMASIADAS personas así.

Ahora yo me hago esas preguntas…y la única respuesta que obtengo es que, de lo único que sirve, es para diferenciarme de esas personas “insensibles”. Puede que en un futuro alguien lo sepa apreciar…pero hasta entonces me sirve de eso. Y me gusta ser así, por mucho que duela.

Eso si...también el corazón necesita unas vacaciones. Y el mío está cerrado por reformas.