viernes, 22 de abril de 2011

Castillo de arena.

Sentada en un bordillo observo como un niño construye un castillo de arena en la playa. Se le ve ilusionado, emocionado, con ese brillo característico en la mirada. Sonrío al ver como coloca una pequeña bandera en lo alto del castillo y se levanta para coger una concha. Pero el destino no estaba de su parte, una ola se levantaba amenazante. El niño al ser atrapado por la ola cayó de rodillas en la arena. Los dos miramos apenados como el castillo se desvanecía y la bandera quedaba tirada en las ruinas. El niño se levantó en silencio y se marchó de la playa. Las lagrimas asomaban en sus ojos. Y me quedé sola mirando ese castillo derruido, donde antes había ilusión y ahora solo queda sal.
¿Quién sabe si ese niño volverá a construir?