sábado, 26 de marzo de 2011

Gente.

Salgo a la calle escuchando la música que me tranquiliza, no quiero escuchar los latidos acelerados de mi corazón. El aire sopla acariciando mi cara. Me hace sentir mucho mejor. Me fundo entre la multitud de gente. Tantos rostros alegres, tristes, enfadados, frustrados, indiferentes…Los observo y algunos me devuelven la mirada, muchos la desvían, otros simplemente continúan ensimismados…pensando.
Y es que, observando, te das cuenta de muchas cosas. Como una sonrisa puede mostrar todo lo que sientes en un momento. Una mirada llena de dolor donde las lagrimas están aflorando. Una caricia cargada de gratitud. Un gesto en la cara escupiendo desprecio. El rostro de un niño sonriéndote y llenándote de dulzura. Desilusión, alegría, tristeza, emoción.
Todos esos rostros esconden una historia. Su historia. Su vida. Un proceso de encontrar su camino, conocerse a si mismos, vivir experiencias que irán formando su personalidad y mentalidad.
Y yo solo soy una chica más de esa multitud, formando su historia.
La única que puede manejar mi vida.